¿Dónde recalar si se quieren degustar las islas de Tailandia?

En días posteriores a mi visita a Bangkok, decidí adentrarme en cuatro de sus islas, que hacen las delicias de todo viajero que se precie: Koh Chan, Ko Kood, Koh Samet y Koh Lanta.

Koh Chan, la isla de la tranquilidad

A pesar de ser la segunda isla más grande de Tailandia, esta pasa bastante desapercibida para el turista medio. Por ello, se caracteriza por ser un lugar donde dejarse llevar y relajarse, como he hecho .

Aunque no sea una de las mejores islas del país, goza de una serie de atractivos y ventajas: no está muy alejada de la capital, desde ella se pueden hacer viajes en barca hacia las islas cercanas y sus precios son asequibles.

Ko Kood: allí donde se respira personalidad

Soy un hombre al que le gusta disfrutar de la tranquilidad y la calma. No soy amigo de bares de copas o de noches alocadas. Así, al llegar a Ko Kood me encontré en mi salsa.

Esta isla no alberga demasiada gente, resalta por sus cascadas, budas gigantes y algún árbol centenario.

Un enclave con personalidad propia al que ni siquiera ha llegado la cadena seven eleven, ni siquiera se le espera.

Koh Samet o la belleza eclipsada

Esta es la isla más cercana a la capital tailandesa. Por este motivo, cuando llegue, me encontré con un panorama bastante diferente que en las anteriores incursiones. Lejos de perfilarse como un lugar idílico, sus elevados precios, así como el número de lanchas que atracan en la playas pueden llegar a eclipsar su belleza.

No me encontré muy a gusto en este ambiente. De hecho, tan solo permanecí un día, ya que el fuerte viento unido a la corriente, la convierten en un lugar poco agradable para aquellas personas que desean disfrutar de un auténtico día de playa.

Koh Lanta: días de descanso sin aburrimiento

Ubicada en el mar de Andamán, al suroeste de Tailandia, es un lugar idóneo para disfrutar de unos días de descanso sin caer en el aburrimiento.

A ello se suma la poca afluencia de turistas y una menor popularidad, por lo que me volví a encontrar con un ambiente propicio a lo que buscaba: relax.

Está dotada de largas playas adornadas con cocoteros. A los que le guste la marcha, pueden disfrutar de bares donde suena continuamente música chill out.

Este fue mi destino preferido, ya que soy amante de la soledad salpimentada por un mar y unas playas de naturaleza idílica.

Una experiencia única, que me animé vivir… Y aún hay otras por contar!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *